miércoles, 6 de marzo de 2013

Un motivo.

Dame un motivo,
uno para pensar en ti
en esta infinita noche, 
oscura y fría que avanza.
Pon a latir mi pecho,
una vez más, hazlo.

Largo a sido el tiempo,
aquel que has tomado
hasta volver a mi,
trayendo así contigo
el dulce encanto
que solo de un beso
puede llegar a brotar.

De este acto de delirio 
pues mujer ha sido para mi, 
la combinación perfecta
de la ilusión en lo imposible
y de lo cercano que tengo
 a un mañana sin fin.
¿Acaso no lo es?

Tan solo un recuerdo
que al paso de las horas
ha llegado ya a convertirse
en el motivo deseado
que esta noche has dejado
para poder pensar en ti.